Escribir Para Seguir Viviendo
La vida misma es la suma de grandes y pequeños acontecimientos que en su dimensión más amplia representan el sentido de la existencia. Cada experiencia es única y se vive de manera particular, entre ellas el ejercicio vital de aprender a escribir.
Aún recuerdo las extensas planas repetitivas llenas de ejercicios para soltar la muñeca y poder de manera más legible crear palabras y frases. En su momento se convertían en cuentos y fantasías hechas realidad por las letras. En este punto descubrir el universo de las letras represento para mí el poder transportarme a infinidad de mundos y personajes.
El ejercicio de la escritura funciona como un espejo en el que el autor busca en ese OTRO reconocerse, adaptarse y también liberarse. Escribir es un punto de fuga, es asumirse desde esa otra orilla y en retrospectiva confirmar las transformaciones que con cada paso genera la vida.
Los samuráis antes de tomar su espada debían aprender a escribir utilizando el Shodo como arte de la caligrafía japonesa para expresar sus sentimientos y fuerza. Este proceso era indispensable para poder asumir su rol de guerreros sustentados además en estudios de filosofía y lucha.
Escribir es una invitación permanente a convocarnos y evocar nuevos significados es una lucha, es ante todo un riesgo y una aventura que debe ser vivida intensamente cueste lo que cueste.